
1.- A partir de ahora su casa se convierte en un objeto a la venta.
Hay que desvincularse emocionalmente.
2.- Preparar el exterior de la vivienda.
El desorden y el caos desaniman a posibles compradores. A lo peor no quieren ni entrar. Hay que retirar los trastos viejos, cortar el césped, arreglar el jardín y limpiar la puerta de entrada.
3.- Crear espacio.
Una casa desordenada parece más pequeña de lo que realmente es. Estanterías y armarios tienen que quedar como máximo a un 80% de su capacidad. Seleccione y tire todo lo innecesario. No olvide el trastero.
4.- Limpieza.
Hay que hacer una limpieza a fondo. Especialmente ventanas, cocina y baños tienen que brillar.
5.- ¿Hay que hacer reparaciones?
¿Funcionan todas las ventanas y puertas?, ¿hay que cambiar bombillas fundidas?
6.- Pintura.
Hay que pintar la vivienda en colores neutros y claros. Una habitación pintada con un color oscuro parece más pequeña.
7.- Cambiar accesorios.
¿Sus muebles y decoración son antiguos? Hay que cambiar algunos accesorios para crear un ambiente más moderno.
8.- Despersonalizar la vivienda.
Usted no sabe quién se puede interesar por su vivienda. Por eso hay que crear un ambiente neutro. Quitar todos los símbolos religiosos, políticos, fotos de la familia y decoración recargada. Esconda todos los utensilios de baño. Deje que el cliente pueda imaginarse cómo será su nueva casa.
9.- Luz.
Abran todas las persianas y cortinas.Encienda todas las luces. Los compradores buscan viviendas luminosas.
10.- Distribución.
La forma de colocar los muebles es muy importante. Cada habitación debe tener una única función. El cliente necesita espacios despejados para imaginar su casa.
11.- Crear un ambiente agradable.
Flores y frutas frescas, una alfombra nueva en la puerta de entrada, un buen olor, por ejemplo a café dan la bienvenida al comprador. El olor a tabaco o mascotas puede ser suficiente para descartar una vivienda.